Hoy un artículo sobre la fuerza mandibular en los perros, para que aquellos ciberperreros que dan lecciones por las redes sociales, lo hagan con argumento sólidos, no por mitos y fábulas.
Por el Señor Alfonso Ignacio Picó Peris en octubre de 2007
Muchos mitos, medias verdades o falacias por completo se emplean sin el menor síntoma de
descaro en nuestra sociedad y evidentemente esta subcultura nuestra, la afición por los perros,
no podía escapar. Aquí escribimos para intentar cortar de una vez por todas uno de esos mitos
que parece haber arraigado entre los aficionados incluso entre los más experimentados.
Antes de meternos de lleno en el asunto que nos trae entre manos me gustaría hacerles unas
preguntas que de seguro les van a traer a la cabeza otros artículos o libros que hayan leído.
¿Cuántas veces han leído o escuchado que la raza x muerde con tres veces más fuerza que el
ovejero alemán? (por ejemplo) y sobre todo, ¿no se han preguntado de donde se sacan esos
datos que algunos manejan con tanta familiaridad?, pues nosotros sí y cuando hemos querido
darnos cuenta teníamos unos datos (sólidos y comprobados) que nada tenían que ver con lo que
habíamos oído hasta ahora.
La familia canidae es extensa y la variabilidad del Canis familiaris tremenda por lo que como se
imaginan ustedes realizar un estudio serio de cada uno de sus componentes y ofrecer al mismo
tiempo datos sometibles a la estadística es poco menos que imposible, al menos para el
aficionado.
Hay diferentes métodos para la medición de la fuerza máxima de bocado de un animal, entre
ellos los principales:
- Por la medición de las marcas dejadas en huesos de sus presas y posterior simulación del
bocado (Erickson&Olson,1996).
- Por reconstrucción de la musculatura en 3D y medición fisiológica del área transversal de los
músculos implicados para aplicado a su geometría bucal realizar el cálculo
(Rayfield&others,2001).
- Teniendo en cuenta el tamaño de las presas que es capaz de matar (Meers, 2002). De hecho es
interesante que en su trabajo titulado “Fuerza de mordida y dimensiones de presas del
Tyrannosaurus Rex y sus interrelaciones para inferencias del comportamiento alimenticio” nos
indique precisamente que cuanto mayor es el animal que se consigue abatir, necesariamente la
presa o fuerza de bocado debe ser mayor.
Estos tres métodos son muy válidos y están siendo utilizados para la estimación de fuerza de
bocado de animales extinguidos. Para la medición de estos parámetros en mamíferos contamos
con un sistema de 2D donde la superficie máxima para el músculo temporal y el masetero se
calcula mediante fotografías y esta medida ayuda a obtener la estimación de la fuerza muscular y
por ende la de bocado (Thomasson,1991). De hecho muchas de las medidas obtenidas mediante
este cálculo en leones y lobos se las debemos a este proceder y no han sido tomadas de
animales vivos.
Otro método completamente válido y que solo puede utilizarse con animales vivos es la medición
mediante gnathodinamometros y que al animal haga presión sobre el mismo. Este método ha
sido usado con tiburones, cocodrilos y otros animales salvajes y se han obtenido datos muy
interesantes.
El Dr.Brady Barr de la National Geographic ha tomado personalmente algunas de esas
mediciones (Dangerous Encounters Bite Force) entre ellas las de algunos perros domésticos y
salvajes.
En concreto empleo tres individuos y de diferente raza cada uno. Aquí detallo la raza de los
ejemplares y las medidas en libras tal cual fueron expresadas:
- Rottweiler 328 lb (148,58 kilogramos fuerza)
- Ovejero Alemán 238 lb (107,81 kilogramos fuerza)
- American Pit Bull Terrier 235 lb (106,46 kilogramos fuerza)
Como conclusión de dicho estudio se sitúa la fuerza máxima de bocado de un perro doméstico en
320 lb (144,96 kilogramos fuerza) cosa que comprobaremos, no es cierta.
Sin movernos de la National Geographic Society podemos ver otras cifras tomadas en individuos
de distintas razas con el mismo fin que el anterior, comprobar la fuerza de bocado de distintas
razas. En el programa Prehistoric Predators: Wolf , se encuentran los siguientes ejemplares. Paso
a detallar raza, talla y peso (y marca registrada, por supuesto):
- Dutch Shepherd (Pastor Holandes) de 30” y 130lb (Talla: 75 cm., Peso:58,89 kilogramos)*1
marca de 232lb.
- Mastiff (Tosa Inu o Boerboel) de 32” y 180lb (Talla: 80 cm.,Peso: 81,54 kilogramos) marca de
556lb.
- American Bulldog de 20” y 80lb (Talla: 50 cm., Peso: 36,24 kilogramos) marca de 305lb
- Pastor Belga Malinois de 24” y 70lb (Talla: 60 cm., Peso: 31,71 kilogramos) marca de 195 lb
Como se puede comprobar de este pequeño grupo el bocado más fuerte lo produce el ejemplar
de Mastín con 251,861 kilogramos fuerza. Este es completamente normal porque también es el
ejemplar más grande con todo lo que ello implica (mayor tamaño muscular, etc.).
Otro estudio este más completo que los anteriores lo realizan miembros de Animal Elite en
Suecia y nos ofrece una gráfica con los resultados por individuo (detallando raza) y sus
mediciones en cuanto a fuerza de bocado. En este último punto hay que hacer un inciso para
mencionar que hacen diferencia entre la presión en molares, premolares y caninos.
Con estas tres mediciones se obtiene el total y lo exponen en kilogramos fuerza.
Como se puede comprobar por este estudio realizado por los aficionados suecos con 21 perros de
distintas razas caninas (salvo el American Pit Bull Terrier en el que encontramos 2 ejemplares)
todas las razas cuentan con un único representante del cual no se nos indica la talla, el peso, ni
tan siquiera el sexo del animal. Resulta interesante conocer la medida de fuerza que se ejerce
sobre los caninos porque es esta la más importante en un mamífero carnívoro a la hora de dar
muerte a una presa pero esta entre otras muchas razones es lo que no permite a ninguno de los
estudios antes mencionados contar con un halo de seriedad científica.
No tener en cuenta el dimorfismo sexual en dichos estudios (sabiendo que en algunas razas
puede alcanzar el 15% de diferencia de peso entre macho y hembra) es un error que conduciría
a ofrecer datos poco fiables, por no mencionar que no se tiene en consideración la edad del
animal sometido a estudio. ¿Acaso es la misma medida la ofrecida por un cachorro de 8 meses
que la de un adulto de 5 años? ¡Evidentemente no!.
Ya nos indica el Dr. I.Brisbin de la Universidad de Georgia (EE.UU) que “que sepamos, no hay
estudios científicos publicados que puedan permitir comparar la fuerza de bocado en varias razas
caninas” para posteriormente decir “todas las cifras que describen el poder de bocado pueden
atribuirse a rumores infundados o en algunos casos a artículos de prensa sin una base de datos
objetiva“.
Es decir, para ser considerado un estudio serio por medio del uso del gnathodinamometro se
deberían reunir ciertas condiciones, a saber:
1ª) Se requiere un número elevado e igual de cada raza de perro para que se puedan realizar las
estadísticas apropiadas y una comparativa cierta. Sin esta premisa es imposible obtener datos
suficientes.
2ª) Apunte exhaustivo del peso y talla del animal,edad, sexo y sus cualidades temperamentales.
De no ser asi, por ejemplo, caemos en el error de no diferenciar los datos de grandes machos
(con gran carga agresiva) y jóvenes hembras (no preparadas para la agresión).
3ª) Siendo subjetiva la fuerza de bocado (pues depende del agarre), se le darán tres intentos al
perro, apuntando todos y teniendo en cuenta el más elevado.
4ª) Se debe disponer de un bocado pleno y no tan solo con los incisivos. El gnatodinamometro
debe quedar bien cubierto por un acolchado para no dañar la dentadura del can.
5ª) Se medirá la fuerza ejercida sobre el dinamómetro en kilogramos fuerza o en newtons y se
apuntará la fuerza absoluta y relativa que ejerce el animal. La primera se obtiene de forma
directa pues es la fuerza total que puede ejercer el músculo frente una resistencia y la segunda
teniendo en cuenta el peso corporal del animal (F relativa= F absoluta/Kg.peso).
El porqué debemos tomar las medidas en newton o kilogramos fuerza es bien sencillo, de otra forma bien sea kilogramos por centímetro cuadrado o psi en el sistema americano puede inducir a error. Si midiéramos de esta forma nos encontraríamos con que animales como la musaraña (Crocidura russula) presentan mediciones muchísimo más altas que un tigre (Panthera tigris). Es por estas y otras variables como el del extenso número de razas aún incluso dentro de un mismo grupo que difícilmente te realizará el estudio como los rigores de la ciencia marca. Llegados a este punto, el lector se preguntará: ¿entonces que podemos esperar con respecto a la fuerza de bocado en nuestros perros? Bueno déjeme decírselo que no debe esperar; no espere nunca resultados como estos “la mordida del American Pit Bull Terrier es de 1000 kilogramos y la del Rottweiler de 850 kilogramos” o por poner otro ejemplo “el Caucaso es la raza con mayor potencia del mundo con 1200 Kilogramos por centímetro cuadrado de fuerza de mordida”. Estos datos no son reales y ni tan siquiera se acercan a lo que deberíamos esperar en un cánido. La mayor mordida registrada en un mamífero carnívoro es la de la hiena manchada (Crocuta crocuta) y es de 4500N (459,18 kilogramos fuerza) y esta se mide justo detrás de los dientes caninos (Biknevicius,1996).
Si a la fuerza relativa nos referimos los marsupiales van en cabeza
siendo el diablo de Tasmania (Sarcophilus laniarius) el carnívoro marsupial más grande
actualmente no extinguido.
Como en este trabajo tratamos de cánidos, el cánido salvaje más grande es el lobo gris *2 (Canis
lupus) con 1500N de fuerza de bocado (Wroe, McHenry & Thomason, 2004) lo que significa una
media de 153,06 kilogramos fuerza y conociendo esta cifra y la de que la del perro promedio
(Labrador Retrivier) sea la tercera parte, podemos empezar a hacernos una idea.
Efectivamente la fuerza de bocado del perro promedio es inferior a la del lobo (Lindler, Marretta,
Pijanowski, Johnson & Smith,1994) y lo sabemos gracias a un estudio realizado sobre 22
mascotas caninas cuyo peso oscilaba entre los 7 y los 55 kilogramos que obtuvieron cifras entre
13 y 1394 Newtons.
Es decir en la mayoría de los perros registraríamos medidas inferiores a los 153 kilogramos fuerza
y por ende a los registros del lobo, pero, ¿conseguiríamos más en alguna raza de perro?. Si,
seguro que si, y puesto que estamos introducidos de lleno en el tema, déjeme hacer un breve
inciso para repasar con usted la morfología cráneo-facial del perro y como esta afecta a la
mordida.
Los principales factores que se ven involucrados en la mordida son los siguientes:
-Longitud de las mandíbulas. Puesto que las mandíbulas actúan como una palanca de tercer
género. Su punto de fijación se encuentra en la articulación cóndilo-temporal, fijando la potencia
en la zona donde se insertan los potentes músculos masticadores y el borde mandibular es el
brazo de resistencia. Cuando mayor sea el brazo de resistencia más debilitada se encontrará la
mandíbula. En el caso de perros de presa clásicos como bien pueden ser los braquicéfalos la
potencia está muy cerca de la resistencia y por lo tanto la fuerza que puede desarrollarse es
elevada por un máximo aprovechamiento de la palanca mandibular.
- Tamaño del macizo craneo-facial. Debemos tener en cuenta que la relación tamaño-fuerza es
real cuando hablamos del tamaño muscular. Para soportar los esfuerzos de tracción de los
músculos masticadores podemos imaginar los niveles de solidez ósea que el cráneo debe
cumplir.
En términos generales podemos decir que un perro más grande tenderá a presentar una mayor
fuerza de bocado absoluta por amaño muscular de los músculos masticadores.
Como ejemplo suele ponerse el músculo
masetero que se mide por su corte transversal.
Estas tres son la simplificación más importante que hemos realizado para este artículo. Puede el
lector profundizar a este respecto con los 6 parámetros involucrados en la masticación, a saber:
el temporal, el masetero, longitud de caja craneal, longitud del cóndilo al primer molar, la
cavidad timpánica y la longitud de la mandíbula inferior (Mallory, 1996).
La morfología del cráneo del lobo tiene una razón muy simple, durante el periodo evolutivo, la
mecánica y morfología craneal se va adaptando debido a una dieta especializada (Tumbull, 1970;
Eisenberg, 1981) cosa que no sucede en el perro debido a la selección artificial.
Diferentes razas, diferentes tamaños y una diferente morfología craneal traen consigo distintas
fuerzas de bocado. Si seleccionamos un grupo nutrido de perros de grandes dimensiones y
potentes cabezas podríamos obtener cifras de 200 a 250 kilogramos fuerza. Si a todo esto le
añadimos la capacidad de preparación (entrenamiento al que se ve sometido el perro para lograr
aumentar su aptitud) podemos obtener cifras en torno a los 300 kilogramos fuerza.
Y es que la preparación que puede programar el hombre para su perro debe ser un factor a tener
en cuenta, puesto que no es lo mismo un perro que un atleta canino.
Esto puede verse fácilmente en el hombre. Un joven sedentario de 75 kilogramos de peso solo
puede alzar ese mismo peso desde el suelo, sin embargo un atleta de Halterofilia puede alzar el
doble por encima de su cabeza.
Esto también nos pasaría en todas las razas de perros. Si un grupo de Ovejeros Alemanes que
trabajen Shutzhund al máximo nivel y otro grupo de Ovejeros sedentarios hicieran la prueba
obtendrían cifras muy diferentes, hasta el punto de que sobre el papel podrían parecer dos razas
distintas.
No queriendo alargar más esto, espero que sirva el artículo al lector para poder tener una idea
general en este tema y si, porque no decirlo, para que pueda reirse a gusto cuando escuche o lea
alguna barbaridad relacionada con la fuerza de mordisco en perros domésticos.
Belleceros Tolerancia Cero.
Alanos de Trabajo Gredos Norte.
Alberto.