En Lunada, el Humano se queda en casa.

El Indio vigila tumbado pero sin descanso,se dice que es el termómetro de cada año con plumaje de pino y amo de su tierra, solo el cuidará de nosotros, porque nosotros le cuidamos a el y será este quien nos avise del esperado día, el anochecer como punto de partida, todos nerviosos, algunos, los de cuatro patas intuyen con tímidos y contenciosos ladridos lo que se avecina solo con el sonido de collares y correas, el frío se mete en el cu...erpo acompañando a esa sonrisa pícara.

En la última reunión dejo a mis compañeros muy claro que será solo un rato, las instrucciones son claras y precisas,-regresamos todos-, sin bajas ni pérdidas, los nuevos siempre detrás de los veteranos y nunca con prisas, vosotros solos os pondréis los límites y sabréis cuando estáis seguros para ayudar, la prisa no es buena compañera, cada uno a su labor, sin juegos ni titubeos, ellos, sin replica alguna solo mueven el rabo, sus ojos no pueden abrirse más y en sus grandes pupilas veo la luna, inmejorable farol de energía inagotable sin recargas, sin filtros ni esperas, sin duda alguna la más fiable de las linternas.

¡Adelante Gladiadores! ¡Adelante!
¡Yo os acompaño, el humano se quedó en casa!
Somos pocos, pero curtidos.
Unos a mano, los bautizados como "la sorpresa" que van a metro y medio del cuchillo, la herramienta que dicta sentencia, silencioso, mortal y eficaz binomio del perrero sediento de sangre, del inocente que piensa tenerlo todo bajo dominio, del que huele a kilómetros lo que no puede ver en metros, lejos de este los que buscan o los que llaman punteros, ellos son tus ojos, tu aliento y mapa, solo has de quedarte en pausa y pasar a ser natura, callar y escuchar el tronchar de las jaras, las ramas de robles o encinas que, en esos momentos, son tus fieles aliados, tres horas antes el pasivo enemigo que te delataba.
Un jadeo, un trote, un galope o un ladrido forman un lienzo en tu cabeza, una pintoresca imagen casi real de lo que puede estar pasando. Es la hora de dar batalla, la negociación se ha dado por perdida, ahora solo queremos una victoria que no siempre es acompañada de un reguero de sangre o de un cuerpo caliente desbordando humo, basta con recordar por escrito si la memoria falla, los buenos momentos de monte, sudor y perros.
Sin el miedo ni la condición, la naturalización, empieza por la Neo-deshumanización, siempre recordando lo que somos por lo que fuimos, animales humanos cazadores/recolectores por naturaleza.

Alberto.
Alanos de Trabajo Gredos Norte
Desde el corazón de Gredos Norte.